Hay dos maneras fáciles de moverse por la vida:
creerlo todo o negarlo todo. Ambas nos evitan pensar”
Alfred Korzybski

Actualmente, desde muchos lugares distintos oímos decir: “Necesitamos un cambio de Paradigma”. ¿Cómo puede ayudarnos un cambio de paradigma para salir de una situación de crisis? ¿Cómo nos puede ayudar a innovar? ¿A ir más allá de lo que obvio?

Paradigma proviene del griego παράδειγμα (parádeigma) formado por dos palabras pará (junto) y déigma (modelo). Etimológicamente significa “modelo” o “ejemplo”. Actualmente se podría definir como “el modo en que interpretamos la realidad desde los distintos marcos de referencia en los que estamos imbuidos ya sean psicológicos, filosóficos, tecnológicos, científicos, culturales, artísticos, religiosos, ideológicos, prácticos, empresariales, sociales, familiares, infantiles, adultos, femeninos, masculinos…” cada uno de ellos percibirá la realidad desde el propio modelo que lo configura. Cada marco de referencia observa la misma realidad y ve cosas distintas, destacando algunas y obviando las demás. Como ejemplo me gustaría compartir un poema, de autor desconocido, que lo ejemplifica:

La piedra en el camino

El distraído tropezó con ella
El violento la utilizó como proyectil
El emprendedor, construyó con ella
El campesino, cansado, la utilizó de asiento
Para los niños, fue un juguete
Drummond la poetizó
David, mató a Goliat
Y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura

Cada uno de nosotros verá en la piedra aspectos distintos, funciones diferentes, oportunidades incomparables, destinos infinitos. ¿Qué harías tú con ella? ¿Desde qué marco de referencia?

Fue el filósofo Thomas Khun el que nos legó el actual concepto de paradigma en su libro La estructura de las revoluciones científicas (1962). Para Khun es “un conjunto de experiencias, creencias y valores que afectan la forma de percepción y como el ser humano responde a esta percepción y como entiende el conocimiento que está a su alcance”. La frase “cambio de paradigma” la hemos adaptado en los procesos de Coaching Teleológico para remarcar la importancia de cambiar el enfoque, el punto de vista con que nuestros clientes observan su realidad e integrar lo observado al conjunto de creencias, experiencias y valores que forman su estructura o marco de referencia interno.

Siempre he partido de la hipótesis de que la mente humana trabaja con ecuaciones. En este caso, un paradigma sería el conjunto de creencias, valores éticos, recursos personales que sumados configuran el marco de referencia de cada uno de nosotros. Si yo modifico alguna de las variables, como incrementar mis recursos personales o mi manera de observar la realidad automáticamente se integrará el sumatorio y cambiará el marco de referencia o paradigma. Y todavía más, al integrar la nueva adquisición las demás variables se modificarán. El sistema de creencias, valores y recursos que posee cada persona es como una ecuación que predetermina axiomáticamente la realidad. Con esto quiero decir que el paradigma que “aquí y ahora” poseo está condicionando mi manera de observar el mundo. En un proceso de Coaching Teleológico lo que hacemos es cuestionar esta ecuación.  ¿Qué pasa cuando la cuestionamos? Que se produce un cambio en nuestras estructuras internas.

Cuando en Coaching Teleológico hablamos de elevar a nuestros clientes nos referimos a crear las condiciones para que su mirada se amplíe y aumente su perspectiva de la realidad tal como la observaban antes de iniciar la sesión. Pero aun así, vamos más lejos todavía, el objetivo subyacente del proceso es que aprendan a elevarse ellos mismos para saber colocarse por sí mismos como nuevos observadores de sus propias realidades cuando éstas les limiten o les impidan avanzar.

Una de las metáforas que utilizo a la hora de ejemplificar el papel del coach y la función del Coaching Teleológico para elevar al cliente y que pueda cambiar el punto de observación de su realidad es el helicóptero. El cliente pilota el helicóptero y el coach le acompaña en este viaje. El helicóptero será el Coaching Teleológico. Las siguientes fotografías ilustran la metáfora, en la primera me dispongo a acompañar a un cliente y llevo mi bolsa de recursos y herramientas, en la segunda el cliente se eleva para observar la realidad desde otra perspectiva más amplia y en la tercera regresamos para seguir conversando y averiguar que ha cambiado en su mirada y cómo puede influir positivamente para superar sus limitaciones y alcanzar sus objetivos.

 

Percibimos el mundo con nuestros sentidos y a través de ellos construimos nuestros modelos mentales. No son nuestros ojos los que determinan como lo vemos, es nuestra mirada la que lo decidirá. Lo que percibimos lo decide nuestro sistema de creencias. Si podemos mirar lo que ven nuestros ojos con otra mirada, podremos percibir el mundo de manera distinta, podremos elaborar un nuevo paradigma. En los procesos de Coaching Teleológico lo que buscamos es el cambio de paradigma, no el cambio de conducta. El cambio de paradigma se produce cuando somos capaces de ver la situación en la que nos encontramos desde otra perspectiva, y cambiando nuestro paradigma el cambio conductual será una consecuencia natural.

Todo proceso de cambio, de aprendizaje apunta a provocar un cambio de paradigma, y cuando éste se produce, descubrimos que aquello que antes nos resultaba tan difícil hoy puede resultarnos natural porque está alineado con nuestros principios y valores.

 

Un cambio de paradigma implica transformar nuestra manera de construir el mundo y a nosotros en él. No tenemos una sola creencia, tenemos un sistema de creencias interconectado que configura nuestro marco de referencia, la estructura interna que nos sostiene. Este sistema se ha constituido como un sumatorio de creencias desde que nacemos hasta el momento actual. El cambio de paradigma implica no solamente un cambio de pensamiento (creencias), sino que se afecta nuestra visión del mundo, así como la forma de comprender las situaciones, personas y relaciones.

Para cambiar cualquier situación en la que nos encontremos, necesitamos primero cambiar nosotros mismos. Y para poder cambiar nosotros de manera efectiva, primero debemos cambiar nuestras percepciones.

Los cambios se plantean desde quien soy y quien quiero ser, no desde aquello que los demás esperan de mí. Desde la ética del carácter todo cambio verdadero se entiende solamente desde el ser. Del “ser” pasaremos al “hacer” y de ahí al “tener”. Así, los cambios conductuales vendrán luego como añadidura.

Ser es Ver, Escuchar, Tocar, Sentir, Oler en la dimensión humana. Lo que vemos, escuchamos, tocamos, sentimos y olemos está altamente interrelacionado con lo que somos.

Los paradigmas son poderosos porque crean los cristales o las lentes a través de los cuales vemos el mundo, lo escuchamos, lo tocamos, lo sentimos.

La frase “El mapa no es el territorio”, que se ha popularizado enormemente, tiene su origen en el prólogo de la obra Science and Sanity (1933) de Alfred Korzybski donde nos dice: ”Un mapa no es el territorio que representa, pero, de ser correcto, tiene una estructura similar al territorio, razón por la cual resulta útil [… ] Las palabras no son las cosas de las que hablamos [… ] Si las palabras no son cosas, ni los mapas el territorio mismo, entonces, obviamente, el único vínculo posible entre el mundo objetivo y el mundo lingüístico debe hallarse en la estructura, y sólamente en la estructura. La única utilidad de un mapa o lenguaje depende de la similitud entre los mundos empíricos y los mapas-lenguajes. El hecho que todo lenguaje tiene alguna estructura […] lleva a que inconscientemente leamos en el mundo la estructura del lenguaje que usamos”.

En un proceso de Coaching Teleológico, el cliente busca realizar cambios y el coach le acompaña a través de conversaciones profundas a conocer, definir y redefinir sus mapas mentales. Nuestros clientes, en general, sabrán que su mapa es el correcto (en ese ahí y ese ahora) cuando superen sus propias limitaciones (el mapa caducado) y estén obteniendo los resultados deseados en coherencia con lo que creen, piensan, sienten y dicen, e incluso más, cuando experimenten bienestar con ellos mismos y con su entorno (mapa actualizado).

Al aprender vamos añadiendo nueva información que aceptamos, desechamos o integramos rápidamente. Pero no siempre es un sumatorio, a veces es una revolución. Una nueva “verdad” puede hacernos cuestionar los antiguos paradigmas y ante nosotros se abren nuevas posibilidades.

¿Estamos abiertos a nuevas formas de observar la realidad y por tanto a innovar?
¿Estamos abiertos a nuevas posibilidades?
¿Es fácil cambiar paradigmas en una organización?
¿Cómo innovar si no estamos abiertos a los cambios de paradigma?

Para ilustrar este tema os adjunto unos videos muy interesantes:

 

 

 

 

Hermínia Gomà

9 Noviembre 2009
Barcelona